Por Pablo Guerra (profecosol@yahoo.com)

Sr. Presidente de la República Oriental del Uruguay

Don José “Pepe” Mujica

Estimado Presidente

Ha sido muy grato leerle en la entrevista que le realizara el Semanario Brecha en su último número del Viernes 25 de Febrero, cuando destaca que en materia económica quisiera dejar una huella “dando batalla” por un “espacio autogestionado”. Debo decirle que como investigador y promotor de diversas iniciativas en ese campo, he seguido con mucha atención varios de sus discursos y comentarios donde se ha referido al tema. Creo que Ud. conoce muy bien las potencialidades y obstáculos, sin romanticismos (Ud. se ha encargado de señalar que no es la “panacea”), de este particular modelo de producción. Creo advertir además en su visión, que entiende a la autogestión como una práctica concreta con incidencia tanto en el plano laboral, como ideológico y asimismo pedagógico. Nada desdeñable para un pensamiento de izquierda que necesita de nuevos paradigmas que movilicen lo mejor de nuestras energías transformadoras en un contexto internacional que demanda soluciones alternativas pero que a la vez se presenta como altamente desideologizado cuando no esquemático.

Más adelante en la referida entrevista deja traslucir cierto desencantamiento cuando se le consulta sobre los límites del crecimiento económico. En referencia al modelo consumista hegemónico, dice no vislumbrar una propuesta cultural alternativa. Permítame decirle que cualquier proyecto alternativo en materia económica necesita la construcción de nuevos paradigmas culturales. Que sí es posible y necesario aunar esfuerzos que potencien tanto la autogestión como el consumo responsable y que para eso el punto de partida no es menor. Ud. sabe muy bien que la autogestión no es patrimonio de las 18 experiencias que cita en la entrevista. Ciertamente muchas empresas recuperadas son testimonio de la autogestión obrera, pero también existe autogestión en miles de cooperativas de producción, cooperativas sociales, emprendimientos de economía popular y solidaria, emprendimientos familiares y redes de trabajo autónomo. La propia chacra donde Ud. vive puede ser considerada un emprendimiento autogestionario. Con esto quiero decirle, que sí es posible pensar en la consolidación de un sector de la economía diferente al privado capitalista y al público estatal. Y que ese sector debería ser ampliado a todas las modalidades empresariales basadas en la asociatividad y la cooperación. De esta manera el cooperativismo y todas las formas de economía solidaria asoman como alternativa real a una economía asentada en el capital y guiada por la maximización de utilidades. El fortalecimiento de estas prácticas debe ir de la mano de una nueva cultura en todas las dimensiones de la economía. En ese sentido y solo a manera de ejemplo, es que debemos llevar al campo político los mensajes de vida austera que Ud. testimonia. De nada sirve soslayar los problemas de una sociedad consumista que nos apremia constantemente con supuestas necesidades huecas que en el fondo no nos hacen más felices o satisfechos. Si realmente ese es un problema (y lo es) entonces debemos asumir allí un modelo socioeconómico diferente y trabajar en todos los ámbitos para educar en otros valores.

La buena nueva es que en todo el mundo están surgiendo cada vez con más fuerza, experiencias que intentan demostrar como otra economía es posible: la autogestión, la cooperación y asociacionismo de los sectores populares, junto al comercio justo, el consumo responsable, las finanzas solidarias, las comunidades de trabajo, la producción orgánica, las energías alternativas, etc. confluyen en un movimiento de economía social y solidaria que en los últimos años ha ganado terreno también en el plano de las políticas públicas de muchos países en el mundo.

Y es aquí estimado Presidente donde necesitamos un Gobierno decidido. Uruguay tiene todas las condiciones para fortalecer un sector solidario de su economía. Ahora bien, la autogestión y otras manifestaciones de economía alternativa y solidaria merecen un lugar más destacado en las políticas públicas. Ud. tiene la posibilidad de torcer el rumbo del debate económico. Ud. se merece logros del gobierno también en el plano de una economía más humana y solidaria. Si esos son sus sueños créame que miles estarán dispuestos a acompañarle para que se transformen en realidad.

A un año de la asunción de su Gobierno, le saluda con la más alta estima,

Dr. Pablo Guerra

Profesor Sociología del Trabajo y Economías Solidarias. Investigador Activo SNI.

Coordinador Asociación Iberoamericana de Comunitarismo.