Fuente: Diario El Mercurio e http://www.economiasolidaria.org
La continuidad y profundización de los cinco ejes de la revolución ciudadana fue ratificada ayer por el presidente, Rafael Correa, durante la ceremonia de posesión y juramento del nuevo período presidencial.
Se refirió al primer eje la revolución constitucional, a la cual calificó como “un canto a la vida que hoy ampara y protege los derechos civiles y los derechos humanos de ecuatorianas y ecuatorianos”.
Destacó el trabajo de la Asamblea Constituyente y la amplia aprobación de la nueva Carta Magna por parte del pueblo ecuatoriano.
Hemos declarado ante el mundo nuestra voluntad inquebrantable de poner fin a la injusticia. Este es un nuevo tiempo, vamos a mantener vivo lo alcanzado, vamos a sostener este despertar gigante, sublime, construyendo palmo a palmo este camino hacia una vida digna”.
Jamás defraudaremos
Correa recordó que el 26 de abril pasado no triunfó el baratillo de ofertas, los tecnicismos, el listado de obras y proyectos, más de lo mismo, más de lo peor. Lo que volvió a triunfar fue un sueño, el sueño de una patria nueva. Fue la lucha de todo un pueblo de la Costa, Sierra, Amazonía, insular, y de esa quinta región siempre postergada la de los migrantes.
Jamás defraudaremos ese mandato recibido, y pondremos para ello todo nuestro esfuerzo y capacidades, sin claudicaciones, sin cobardías muchas veces disfrazadas de prudencia; de manera clara y frontal, sin los estereotipos de estadistas que nos quieren imponer nuestras oligarquías. Pero debemos entender, dijo Correa que la victoria popular no ha sido más que el primer paso de un proceso revolucionario, cuyo objetivo es la construcción de una sociedad incluyente, solidaria y equitativa.
Corrupción
El segundo eje de acción, la lucha contra la Corrupción, ha sido y es una práctica permanente y hasta obsesiva de nuestro gobierno. El único caso de corrupción en las altas esferas fue investigado, y denunciado por nosotros mismos; y, por ello, gozamos de la credibilidad del pueblo.
Pero la corrupción no está solamente en el manejo inescrupuloso de los fondos públicos, también está enraizado en el modelo perverso y egoísta que engendró el neoliberalismo, a través de privatizaciones, deshonestos endeudamientos y saqueos institucionalizados, como el permiso para robar que dio a los banqueros corruptos la Constitución de 1998. En el Gobierno prevalecerá siempre la voluntad política de sancionar los abusos, la corrupción, hasta las indelicadezas, independientemente de quién las cometa y del dolor personal que aquello nos pueda causar.
El tercer eje de acción se refiere a ese perverso Consenso de Washington, con sistemas económicos que solo generaron más miseria y desigualdad, que torpemente destruyeron los fundamentos de toda sociedad y toda economía: el talento humano, negándoles a nuestros ciudadanos hasta la educación y la salud, y la cohesión social, al excluir de los beneficios del progreso a las grandes mayorías.
Los salarios mínimos son precisamente aquello: mínimos para evitar un mal mayor, que es el desempleo. La meta será entonces lograr que ninguna empresa se considere rentable hasta no alcanzar para cada uno de sus trabajadores un salario verdaderamente digno.
Hoy tenemos en el Estado Central planificación, organización sectorial y regional, adecuados modelos de gestión, racionalidad administrativa, rescate de las empresas públicas, y un largo etcétera. Sin embargo, todavía falta mucho por hacer, dentro de ello, tal vez lo más difícil: el cambio de mentalidad de cierta burocracia que sigue con sus anacrónicos códigos, en función de las clases y paradigmas dominantes, y no en función del pueblo ecuatoriano y su diversidad.
Producción
El Gobierno cree firmemente en la fuerza productiva de todas y todos los empresarios, no solo de los que se arrogan su representación en cámaras, este Gobierno cree en la capacidad de miles de productores asociativos, cooperativos, comunitarios, autónomos, de los que despectivamente el neoliberalismo llama los informales, pero a los que nosotros les llamamos los sujetos de la economía social y solidaria que reconoce nuestra nueva Constitución.
En estos meses de Gobierno, tuvimos que enfrentar la mayor crisis del capitalismo global de los últimos ochenta años. Dicha crisis nos golpeó por partida triple. Pese a ello, con capacidad y creatividad supimos enfrentar el huracán, y hoy podemos decir que lo peor ya ha pasado, sin haber jamás sacrificado el sector social y el apoyo a los más pobres. Es más, Ecuador muy probablemente será uno de los pocos países de América Latina que crecerá este año, y actualmente muestra una de las tasas de desempleo más bajas de la región.
Vamos a continuar por la senda del manejo digno e inteligente del problema de la deuda externa. Con coraje y habilidad, por primera vez en la historia el país logró vencer a los especuladores financieros, comprado el 91% de su deuda comercial externa en bonos 2012 y 2030 con descuentos del 70%, lo cual significa un ahorro de más de 300 millones de dólares anuales durante los próximos veinte años solo en intereses.
En la esencia del cambio del sistema económico, se encuentra el superar supuestas teorías que pretendieron incluso ser el fin de la historia. El colapso de un sistema basado en la codicia no solo es evidente, sino que implica la propia destrucción del ser humano, al haber pretendido elevar el egoísmo como máxima virtud individual y social.
Propusimos en el cuarto eje de acción la Revolución en las Políticas Sociales. Al contrario de la política clientelar de los gobiernos neoliberales, la Revolución Ciudadana optó por políticas de inclusión social que han comprendido, no una legión de espectadores desesperados, práctica permanente de los gobiernos de la oligarquía, sino los socios de un país responsable, un país de seres humanos solidarios.
Los programas en Salud, Educación, Vivienda, Inclusión Social, inéditos en la historia contemporánea, son vivo testimonio de un ejercicio democrático participativo. Desde las Escuelas del Milenio, las miles de partidas nuevas para docentes, el ejemplar servicio y ampliación del mismo en los hospitales públicos, el espectacular programa de vivienda, donde hemos construido más soluciones habitacionales que todos los gobiernos de la historia del Ecuador juntos, son solo algunos ejemplos de lo que significan, en la realidad, la equidad y la democracia.
Esto ha permitido, después de años de una tendencia en contrario, disminuir en el país la brecha entre ricos y pobres y continuar con la tendencia en cuanto a disminución de la pobreza y la indigencia.
Se refirió a los migrantes que no son ilegales, lo que existe son prácticas ilegales y aberrantes, como el racismo, la xenofobia y el coyoterismo; pero, atrás de todo está la irresponsabilidad e insensibilidad de los gobiernos que jamás se preocuparon por el destino de sus compatriotas, seguramente porque la inmensa mayoría eran pobres y marginados.
Estadio
En la tarde y noche el presidente, Rafael Correa, acudió al Estadio Olímpico Atahualpa para asistir a una posesión popular y una velada artística con la presencia de importantes cantautores, como Pablo Milanés, los Nocheros, Juna Fernando Velasco, Pueblo Nuevo, entre otros.
Luego subieron al escenario y lo hicieron los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, Raúl Castro de Cuba, Manuel Celaya, quienes hablaron entre los aplausos de casi 40 mil personas que asistieron al Estadio.