Por Ignacio Ramonet

En el Gimnasio de la Universidad del Estado de Pará, Avenida Almirante Barroso, en Belém, el jueves 29 de enero de 2009, a las dos de la tarde, más de mil personas, militantes y representantes de los movimientos sociales y de los movimientos populares de toda América Latina, con banderas, pancartas y gritos de alegría, se apiñaban para escuchar a los « verdaderos presidentes de la izquierda latinoamericana ». El presidente Lula de Brasil no ha sido invitado. Asisten también al acto varios obispos brasileños pertenecientes a la teologia de la liberación ; personalidades como Aleyda Guevara, hija del Che ; y miembros del Consejo Internacional del Foro Social Mundial como Bernard Cassen, François Houtart, Emir Sader y Eric Toussaint.

Un grupo de una veintena de importantes movimientos sociales1 – los cuales constituyen uno de los pilares fundamentales del Foro -, decidieron invitar a un « dialogo sobre la integración popular de nuestra América » a cuatro Presidentes suramericanos considerados como « el bloque de la verdadera izquierda suramericana » y que se distinguen por el proceso de transformación social impulsado en sus paises. Se trata de : Hugo Chávez de Venezuela, Evo Morales de Bolivia, Rafael Correa de Ecuador y Fernando Lugo de Paraguay.

El primero en llegar es Rafael Correa ; minutos después hace su entrada Fernando Lugo, los dos con camisas blancas tradicionales de sus paises, y ambos acogidos por un diluvio de aplausos. Mientras esperan la llegada de Chávez y Morales, unos musicos interpretan canciones populares latinoamericanas. Correa, muy distendido, toma un micrófono y se pone también a cantar, mostrando reales talentos musicales y un conocimiento sorprendente de las letras de muchas canciones. En particular, interpreta, junto con Marcial Congo, uno de los asesores de Fernando Lugo, la célebre Yolanda de Pablo Milanés y, con el proprio Lugo, Hasta siempre Comandante de Carlos Puebla, coreadas con entusiasmo por la sala.

Llegan juntos Hugo Chávez y Evo Morales, el primero vistiendo camisa color verde olivo de estilo militar (pero sin ningún distintivo castrense) y el segundo de camisa blanca, vitoreados por los asistentes en pie. Todos se instalan en la mesa colocada en un entramado que domina el Gimnasio. La mesa está decorada con un gran mantel de fondo azul sobre el que resaltan bellas flores multicolores de la Amazonia. Detrás, ocupando toda la anchura del muro del fondo, un gran letrero con el lema del acto : « Solidaridad internacional ».

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