Fonte: ALAI, por Eduardo Tamayo G.
Con la decisión de impulsar la Asamblea Constituyente y de dejar atrás “la larga noche del neoliberalismo”, Rafael Correa asumió la Presidencia de la República en medio de la expectativa ciudadana y respaldado por los presidentes Evo Morales de Bolivia y Hugo Chávez de Venezuela.
Correa recibió la banda presidencial del presidente saliente Alfredo Palacio y no del presidente del Congreso, el arquitecto Jorge Cevallos del opositor Partido Renovador Institucional Acción Nacional (PRIAN), como ha sido la tradición. Este último, sin embargo, le tomó el respectivo juramento. La negativa de Cevallos se debe a que el líder de su partido, el magnate bananero Alvaro Noboa, perdedor en los comicios del 26 de noviembre, no ha reconocido la legitimidad del triunfo de Correa. Apenas asistieron a la posesión del nuevo Presidente 25 de los 100 diputados pero el local estuvo copado por las numerosas delegaciones internacionales que fueron invitadas.
Durante su discurso de posesión, Correa dijo que renegociará la deuda externa, que priorizará las inversiones sociales en educación y salud antes que el pago de la deuda, promoverá la creación de un Tribunal Internacional de Arbitraje de Deuda Soberana, impulsará la lucha contra la corrupción, se apartará de las políticas neoliberales impuestas por el Consenso de Washington, atenderá a los grupos vulnerables y a los migrantes, combatirá las formas de explotación de los trabajadores disfrazadas con eufemismos como “flexibilización laboral”, “tercerización” y “contratos por horas” y avanzará en la integración sudamericana. (1)
Horas después, el Presidente Correa dio a conocer, en una concentración popular realizada en la ciudad Mitad del Mundo y con la asistencia de los presidentes Evo Morales y Hugo Chávez, su decreto número dos mediante el cual ordena al Tribunal Supremo Electoral “realizar, dirigir y vigilar” una consulta popular para el próximo 18 de marzo para “que el soberano, el pueblo ecuatoriano, ordene o niegue esa Asamblea Nacional Constituyente de plenos poderes que busque superar el bloqueo político, económico y social en el que el país se encuentra”. El texto del decreto será remitido al mismo tiempo al Congreso para su conocimiento más no para calificarlo o tramitarlo, según el Ejecutivo.
El objetivo de la Asamblea, que es apoyada por sectores ciudadanos y movimientos sociales, es elaborar una nueva constitución que reemplace a la de 1997, que si bien reconoce algunos derechos ciudadanos, impuso un lineamiento económico de corte neoliberal y una estructuración del Estado que ha facilitado la politización de las instituciones del Estado y el reparto de prebendas en beneficio de caciques o grupos de poder.
Otro decreto que dio a conocer Correa fue la rebaja de su sueldo a la mitad (de 8.000 a 4.000 dólares) y la disposición de que ningún funcionario público ganará más que el Presidente de la República.
Delegaciones internacionales
A la posesión del mandatario ecuatoriano asistieron los presidentes Evo Morales de Bolivia, Hugo Chávez de Venezuela, Rafael Uribe de Colombia, Alan García de Perú, Daniel Ortega de Nicaragua, René Preval de Haití, Nicanor Duarte de Paraguay, Michelle Bachellet de Chile, Lula da Silva de Brasil, Mahmoud Ahmadineyad de Irán y el presidente saharaui Mohamed Abdelasis. También estuvieron presentes el vicepresidente del Consejo de Estado de Cuba, Carlos Lage, el vicepresidente de Argentina Daniel Scioli, el príncipe de Asturias Felipe de Borbón en representación de Estado, y otras decenas de delegados.
El presidente de Argentina Néstor Kirchner se excusó de asistir invocando “razones de salud”, sin embargo el verdadero motivo sería la presencia del mandatario iraní, pues, como es de conocimiento, un juez argentino dictó una orden de captura internacional contra ex funcionarios de Irán acusándolos de ser los supuestos responsables del atentado contra una asociación judía, denominada AMIA. Mientras la derecha ecuatoriana cuestionó la presencia de Mahmoud Ahmadineyad por su posición respecto a Israel, para el gobierno de Correa su presencia se justifica pues el Ecuador tiene previsto reingresar a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de la cual Irán forma parte.
El presidente colombiano resolvió asistir a Quito tras un acuerdo con el Presidente Correa sobre el asunto de las aspersiones de glifosato en la frontera limítrofe con Ecuador. En diciembre, Uribe resolvió reiniciar unilateralmente las fumigaciones luego de un año de suspensiones acordado por los cancilleres Francisco Carrión de Ecuador y Carolina Barco de Colombia. Luego de la decisión colombiana, Quito impulsó medidas diplomáticas exigiendo a Bogotá el cese de las fumigaciones y llegando incluso a retirar al embajador ecuatoriano en Colombia.
Antes de posesionarse, Rafael Correa condenó al gobierno de Colombia y viajó a la frontera para constatar los efectos de las aspersiones, sin embargo, durante un encuentro mantenido con Uribe en Managua, acordó impulsar un nuevo estudio tripartito con la intervención de los dos gobiernos y de la OEA/ONU, y que Colombia dará “aviso previo” de las zonas en donde se fumigará a fin que técnicos ecuatorianos “vayan a ver que el glifosato no pase a territorio ecuatoriano”.
Este acuerdo fue criticado por ambientalistas, indígenas y organizaciones campesinas del Ecuador que lo calificaron como el “primer resbalón de Rafael Correa”. Durante una reunión del Comité Interinstitucional contra las Fumigaciones, realizado el pasado 13 de enero en Quito, se señaló que ya no se requieren nuevos estudios (porque ya asisten varios que comprueban hasta la saciedad los daños que causan a la salud humana y el medio ambiente) sino más políticas de reparación. Además se demandó que Uribe cese las fumigaciones y se rindió un homenaje al ministro de Relaciones Exteriores saliente, Francisco Carrión, por su firme posición respecto a la política de Uribe que no es más que un instrumento de Estados Unidos.
Correa recibe bastón de mando
Ayer domingo, en la parroquia indígena de Zumbahua, ubicada en la provincia central de Cotopaxi, el presidente Correa recibió un bastón de mando, confeccionado con madera de chonta e incrustaciones de plata, de parte de las comunidades indígenas como un símbolo de sabiduría, fuerza y ánimo para trabajar, pero que a la vez representa el compromiso de no traicionar al pueblo, según señalaron.
Los presidentes Chávez y Evo Morales acompañaron a Correa y fueron ovacionados por más de 20.000 asistentes que provenían sobre todo de los sectores indígenas y rurales.
Durante este acto se combinaron los ritos indígenas y cristianos. Luego de que los yachacs (sabios) invocando a la Madre Tierra, al sol y a la luna, al Urucu-Yaya (Gran Cerro) le hicieron una “limpia” de cuerpo y espíritu al Presidente Correa, y la “reina” indígena de Zumbahua le colocó un sombrero y un poncho de lana, tres sacerdotes salesianos, encabezados por el padre italiano Luigi Ricardi, oficiaron una misa en kikchua en la que comulgaron Correa y Chávez.
En esta parroquia del páramo andino, ubicada a 3750 metros de altura, Rafael Correa hizo trabajo voluntario en apoyo a los indígenas junto con los padres salesianos, durante esta experiencia vivencial aprendió kikchua y, según ha manifestado, constituyó su mejor “postgrado”.
Correa, Chávez y Evo, con los brazos en alto y tomados de las manos, corearon junto con los asistentes el estribillo “alerta, alerta, que camina la espada de Bolívar, por América Latina”, mientras es escuchaba, como música de fondo, “La samba” en homenaje al Che Guevara, que fue invocado como ejemplo tanto por Correa como Chávez.
En Zumbahua, Chávez invitó al Ecuador a rechazar el ALCA y a integrarse a la Alternativa Bolivariana de las Américas y anunció que va a firmar con Ecuador y a hacer realidad varios convenios de integración. “Vengo a nombre de millones y millones de venezolanos, a nombre de la República Bolivariana, de nuestro pueblo y de nuestro gobierno a ponerme (…) a la orden del pueblo ecuatoriano, Hugo Chávez se pone a la orden de Rafael Correa”, dijo. Parafraseando a José Martí, Chávez agregó: “déme Ecuador en que servirlo y tendrá Ecuador un hijo”.
Evo Morales, por su lado, expresó: “estoy seguro, presidente Correa que no nos vas a abandonar, no vas a abandonar a los hermanos indígenas del Ecuador (…) los pueblos indígenas en algunos momentos hemos sido abandonados por nuestros intelectuales, por nuestros profesionales, por nuestros compatriotas, pero cada día que pasa van sumándose personalidades, intelectuales para acabar con la injusticia y las desigualdades”.
Morales también señaló que en la lucha contra el neoliberalismo es fundamental nacionalizar los recursos naturales y recordó que Bolivia el año pasado tuvo un superavit fiscal, por primera vez desde 1970, gracias a que “no hemos tenido miedo de nacionalizar el gas natural y los hidrocarburos y este año vamos a recuperar otros recursos naturales, pero para eso no solamente es importante ser presidente sino tener a un pueblo organizado y movilizado por recuperar los recursos naturales”.
Apoyo a Evo
Luego de regresar de Zumbahua, Evo Morales asistió a un acto de apoyo a su candidatura al Premio Nobel de la Paz, organizado por el Comité ecuatoriano conformado por dirigentes indígenas y sociales, intelectuales, periodistas, artistas y activistas de derechos humanos.
Morales, cuya nominación al Nobel fue presentada oficialmente al jurado internacional de Noruega el pasado 6 de diciembre de 2006 por Adolfo Pérez Esquivel, merecedor de ese galardón en 1980, dijo: “nuevamente para mí es una gran sorpresa estar acá y recibir sobre todo este apoyo del pueblo ecuatoriano para esta candidatura, pero también quiero decir que con premio o sin premio vamos a seguir luchando por los pueblos indígenas hasta liberar Latinoamérica (…) muchas gracias por todo el apoyo y esta nominación que da una nueva fortaleza no a Evo Morales sino a los pueblos indígenas del continente”.
Nota
(1) Ver Discurso de posesión de Rafael Correa, Presidente del Ecuador http://alainet.org/active/15371〈=es