Fonte: http://mx.groups.yahoo.com/group/unicom99/message/3883?viscount=100

En México, del 2006 en adelante. Otra economía es posible. Otra sociedad es posible. Otro mundo es posible.

O V Encontro Nacional de Economia Social e Solidária, gestado pela sociedade orgânica e civil, ocorreu entre os dias 10-12 de agosto, no centro La Malintzin, Tlaxcala/ México.

Não se trata de um evento de confronto nem meramente declarativo mas propulsor de novos paradigmas, entendimentos e articulações para, recuperando nossas raízes, dar um salto qualitativo frente a uma economia em crise. Uma sinergia inédita buscou se construi a partir desta iniciativa de redes e organizações por um México melhor.

Acesse a Carta Compromisso elaborada pel@s participantes do evento em http://www.fbes.org.br/index.php?option=com_docman&task=doc_download&gid=328

Si bien es importante en esta coyuntura electoral que la gente vote libremente por el candidato de su preferencia, es importante también que sean los valores vitales -los valores se practican más que se votan,- los que orienten las políticas del triunfador a lo largo de su futura gestión. Esto se logrará mediante un diálogo y colaboración permanente entre quienes adquieren poder para servir y quienes queremos y nos organizamos a partir de lo propio y de lo debido -hay una gran deuda para con tanto desamparado- para que la vida alcance para todos y bien.

A la par con la inquietud latente o expresa en la sociedad, instancias internacionales se preocupan por la discordia que se ha generado en nuestro país, donde pudiera triunfar la división y no la colaboración, por el desconcierto que se pueda producir, y procuran ayudar a crear un diálogo constructivo que debiera resultar triangular (la sociedad, los políticos, los empresarios). Así, la iniciativa reciente de las Naciones Unidas porque la sociedad civil mexicana se dinamice a favor de ello, teniendo como telón de fondo los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Recientemente una encuesta entre 150 personalidades destacadas en diversos sectores ha provocado que mucha más gente valiosa se sume a la idea de que auténticas redes de la sociedad civil no solo se manifiesten sino produzcan sinergias inéditas por un México mejor.

La convicción que nos une en EcoSol considera que nuestra civilización ha alcanzado una etapa con grandes logros materiales pero con un costo humano muy alto, inmenso, caracterizado en la exclusión de las mayorías de los beneficios del progreso alcanzado. Más aún, dicho progreso ha tenido también altísimos costos ambientales que hacen peligrar la continuidad de dicha civilización. Y se auguran verdaderos “tsunamis” energéticos y económico monetarios a nivel mundial. Esta profunda crisis no se resolverá con “más de lo mismo”, no la debemos ocultar y debemos impulsarnos a encontrar nuevos rumbos. Nos declaramos en alerta permanente y sabemos que los costos habidos de sufrimiento y destrucción serán reparables solo a base de gran austeridad y creatividad, poniendo en primer lugar el interés de la población entera, y regulando cualquier otro interés para que coadyuve a dicho fin. Si bien es urgente hacer reformas institucionales será también muy importante producir una mutación en nuestros modos y valores de vida y, superando indiferencias o instintos a veces entre conservadores y egoistas, incluso intereses miopes y encontrados, abocarnos a encontrar nuevas formas de relación y convivencia donde no haya explotación o exclusión del trabajador ni destrucción del medio ambiente y sí liberación de energías y creatividades solidarias.

Las fuerzas del mercado y del poder político han demostrado en muchos sectores y regiones, salvo excepciones, más bien codicia, ineficacia, corrupción y decadencia. Ante esto, EcoSol se pronuncia porque la sociedad civil emerja como interlocutor válido y consistente, y reconozca y coadyuve con formas organizativas donde los valores y derechos humanos más elementales de personas, grupos y asociaciones se vayan haciendo realidad, empezando por el trabajo creativo y la satisfacción de necesidades básicas que permitan una vida digna y sostenible para todos.

Estas formas implican que las personas, familias, comunidades y naciones, con su esfuerzo propio, sean los forjadores de su propio destino y modeladores y cauteladores naturales de las instituciones a su servicio. Este principio está por encima de cualquier interés de grupo y más aún por encima del dinero y sus intereses.

La gente y la sociedad misma, con respeto de la dignidad humana y su gran diversidad, deben movilizarse ante cualquier poder dentro y fuera del país -sea el del gran capital y sus corporaciones transnacionales con prácticas depredadoras, de la tecnología sin ética y de los negocios en armamentos, de los medios unilaterales de comunicación masiva, de las diversas sectas políticas ocultas y maquiavélicas, por supuesto del crimen organizado y el narcotráfico,- que son hoy síntoma de profunda corrupción y descomposición. La sociedad debe cautelar que todo poder conformado sea legal, legítimo y transparente, y esté contribuyendo con austeridad, compromiso y eficiencia al bien común. EcoSol se identifica con las luchas históricas por la democracia y más aún por la democracia económica, no obstante las fallas humanas habidas e incluso fracasos históricos, cuyas lecciones por dolorosas que sean no dejarán de aprovecharse para nuevas etapas en la forja de un mundo mejor organizado. Si esto es ser de izquierda, EcoSol lo es, sabe que ello implica lucha, sacrificio y perseverancia, y se distingue de quienes hagan de la izquierda un negocio o una convención oportunista para acceder a, o mantenerse en, puestos de poder.

La pobreza y la destrucción del medio ambiente están reclamando sinergias y una ecuación inédita, la sociedad debe mutar y las instituciones reformarse a favor de dicha sociedad. Será así o el colapso. Hemos vivido bajo el paradigma de la competencia y la acumulación, donde la ley del más fuerte se ha aplicado brutalmente y ha generado situaciones inaceptables. Por ello, una mayoría de la gente en México está cansada de quienes pregonan seguir con más de lo mismo. No podemos desconocer que muchos jóvenes asqueados de la corrupción institucional se inclinan por cambios radicales sin mínimas concesiones a los intereses hoy en juego. Estos intereses no han sabido incorporar a grupos tan característicos hoy como son los indígenas o los campesinos emigrantes. Ojalá en estas elecciones se pudiera superar el 40% de abstencionismo ya experimentado y quien triunfe en ellas cuente con un respaldo no solo legal sino una mayor legitimidad social.

Vamos a despertar el paradigma de la cogestión y la solidaridad entre todas las capas de la sociedad. Vamos a voltear los ojos hacia nuestras realidades más internas y a trabajar concertadamente a favor de que se recuperen de tanto desastre y salgamos todos airosos con la fente en alto y dispuestos a dialogar con otras naciones que luchan por lo mismo, empezando por nuestro continente latinoamericano.

Hablamos de una economía de la solidaridad, no porque se trate solamente de ayudar a los pobres, lo cual es en sí una tarea muy necesaria, sino porque queremos bajo principios realmente humanísticos reestructurarnos todos. Se precisa la participación de todos: habitantes del campo y la ciudad, trabajadores empleados y desempleados, comerciantes formales e informales, consumidores satisfechos e insatisfechos, emigrantes con remesas o sin ellas, agencias de un desarrollo no economicista sino primeramente humano, ahorradores, inversionistas, empresarios y filántropos verdaderamente conscientes y creadores de valor social y ecológico. Esto implica una transformación radical, dejar de cargar una pesada pirámide donde pocos triunfan y muchos terminan derrotados y pasar a un sistema plural y multipolar donde cada quien tiene derechos básicos y obtiene proporcional y equitativamente lo que merece y necesita. Pasemos del distanciamiento acelerado y desbocado que hoy sufrimos al reequilibrio y al reencuentro.

La actual economía se escapó hace mucho del control de la sociedad, a su vez ha capturado demasiadas instancias públicas, ha fabricado una realidad cada vez más artificial, más virtual, de arriba hacia abajo y de afuera hacia adentro. México se ha desdoblado hacia afuera pero perdió su piso social, lo mejor del cual se ha fugado al exterior. Se nos dice que es la estructura macro, que está “blindada” y que la política no le afectará, pase lo que pase en las elecciones. Los candidatos políticos dicen que no se tocará a la banca, que eso es un trabajo técnico, nosotros afirmamos que no hay nada más ideológico que el inventar dinero, la usura y la especulación. Nosotros, en cambio, nos pronunciamos por una mesoeconomía que se fundamente en valores reales, sociales, culturales, ecológicos y se reequilibre lo de adentro con lo de afuera, que no nos someta al capricho de inversionistas especuladores del dinero y de la mano de obra barata. Debemos revalorar nuestro capital humano y ambiental por encima de cualquier otro capital, sea monetario, tecnológico o mediático, y poner a estos al servicio del primero.

Hoy predomina la economía de hacer dinero con dinero, la especulación manda. Es la crematística que tanto denunció Aristóteles hace dos milenios y medio. A cambio, debemos poner el actual dinero al servicio de la sociedad y como ello no bastará como es evidente, la sociedad está ya inventando sus propios dineros sin fines de lucro o incluso prescinde del dinero convencional cuando recurre al trueque, como los indígenas aún antes que naciones y corporaciones transnacionales que también lo hacen. Pobres con pobres y ricos con ricos lo hacen, también podría ser entre ricos y pobres, para reducir contrastes, pues la dinámica del dinero nos envuelve y nos permea a todos. Tenemos a la vista experiencias inspiradoras en todo el mundo y también en México.

Las noticias nos dicen que los dos hombres más ricos del mundo (Bill Gates y Warren Buffet) se conjugarán para entregar al mundo más de 40 mil millones de dólares, no es revolución es al menos una devolución. Pero es muy poco si consideramos que 50 millones de millones de dólares en deuda internacional le substraen al mundo, al 5% de interés anual acordado por la Reserva Federal en los Estados Unidos, dos y medio millones de millones al año. Por ello ni la filantropía ni el asistencialismo focal o sectorial, que en la práctica nos dividen más en la disputa por lo escaso (haciendo a muchos, púgiles oportunistas y hasta hipócritas), nunca nos redimirán, necesitamos no “curitas” sino una mutación en términos de valor. Y el valor más importante en términos económicos es el crédito que seamos capaces de construir entre nosotros, basados en nuestra solvencia moral, social y profesional, que desate nuestra capacidad de produccción y satisfacción de necesidades. Para ello necesitamos superar la viciosa pugna entre valor de cambio (precio, ganancia) y valor de uso (oferta, satisfacción) mediante el valor de relación (comprensión, solidaridad). En el pragmatismo irreflexivo imperante de hoy, estas premisas pueden parecer a varios entre utópicas, inocentes, idealistas e irrealizables, pero es evidente que el rey va desnudo y las cortes que lo rodean se acostumbraron a la mentira hasta transformarla en convicción. Llevamos doce años de populismo y veinticuatro de neolioberalismo, en estos 36 años campea el desastre y la corrupción impune, los resultados están a la vista y no deseamos más de lo mismo. Ni nos embelesan las promesas inconsistentes ni nos inhiben los miedos por el cambio, pues lo que cuenta es nuestro valor y el crédito innovador ganado por nuestro propio esfuerzo.

No estamos solos, compartimos los esfuerzos del Foro Social Mundial, de la Red Internacional por una Economía Social y Solidaria, RIPESS y de la Red de Investigadores en Latinoamérica sobre la Economía Solidaria, RILES. Hay países donde se ha adelantado mucho más, en Brasil existe ya por parte de su gobierno, una Secretaría Nacional de Economía Solidaria, además existen el Foro, la Conferencia y el Consejo, todos nacionales, de la Economía Solidaria. En Argentina la crisis sufrida recientemente ha permitido evaluar su dependencia de las instancias internacionales y poner un hasta aquí a sus abusos, millones recurrieron a los vales trueque y gobiernos locales inventaron símbolos propios de valor estatal no bancario. Somos redes en EcoSol que trabajamos experimentalmente por diversos tópicos, tales como cooperativismo, micoempresa, comercio justo, tiendas celulares, producción orgánica, consumo responsable, ahorro y crédito, moneda comunitaria y multitrueque, banco de tiempo, sistemas inteligentes, universidad comprometida, economía sociopolítica, tradición y ecumenismo, pastoral social y dignidad de la persona humana, apoyo a la emergencia y dignidad indígena, etc.

Y para concluir aquí, procuramos una articulación sistémica de emprendimientos rurales y urbanos, cooperativas y sociedades de solidaridad social, microempresas y sindicatos corresponsables de sus empresas, así como de consumidores organizados. Una mención especial merece la campaña de la Iglesia Católica por un consumo responsable así como el reciente Congreso Nacional Indígena realizado en San Pedro Totolapan, Estado de México, donde se sugirió la creación experimental de un símbolo de valor propio de la etnia otomí. Participamos y difundimos la Feria Nacional Vida Digna y Sostenible que se celebra desde hace siete años en Dolores Hidalgo, Gto., allí donde nació la independencia de nuestro país se está acuñando nuestra independencia económica entre cientos de productores y consumidores organizados e inspirados por los paradigmas que aquí se enuncian. Esta feria será durante la primera semana de agosto un prolegómeno al Foro y Taller que aquí anunciamos.

En el Taller Encuentro que siga al Foro, trabajaremos sobre cuatro ejes de trabajo:

1) A nivel de la microregión y la microeconomía, articulación entre productores, consumidores y distribuidores a fin de crear mercados solidarios, merced a una mejor identificación, información sobre oferta y demanda, más detección de rutas, transportaciones y bodegas amigables, así como la práctica de ferias, tiendas celulares, comercio corpuscular, hasta constituir canastas características de productos y servicios básicos, incluidos muy promisoriamente el turismo vernáculo, el cuidado del medio ambiente y la cultura de jóvenes. Esto implica un constante mapeo y un sistema informático ágil y barato.

2) Todo mercado social requerirá de crédito, sea con moneda convencional como lo proponen las microfinancieras existentes, públicas y privadas, cuyos costos y precios deberán reducirse, así como la orientación del ahorro popular presuntamente cooperativo y las considerables remesas que no debieran aliarse con la banca comercial y lucrativa sino con la construcción de una economía solidaria y el crédito bajo control social. Habrá que conocer mejor las experiencias de moneda comunitaria sin fines de lucro, reproducirlas y conjugarlas en tandem con los dineros convencionales disponibles, a modo de una bicicleta, donde lo nuevo comande a lo viejo. Estamos en la alborada de una mutación simbólica en términos de valor, para ya no obedecer las órdenes de un Banco Mundial y un Fondo Monetario Internacional que solo defienden los intereses del pasado. Si es la sociedad civil la que está dando los pasos primeros en esta revolución mundial, ello no exime a gobiernos y grandes empresas de participar en ella.

3) Trabajar a la procura de una Mesoeconomía que reequilibre lo grande con lo chico, lo externo con lo interno, lo interdependiente con lo soberano, lo abstracto con lo concreto, etc. Los mercados identitarios que se vayan creando y consolidando necesitarán conjugarse con empresas establecidas de dimensiones nacionales e internacionales, no para someterse sino para recrear este país y este mundo juntos. Enlazamientos, articulaciones, asociacionismos inéditos, incubadoras de nuevo tipo, etc., requerirán que las diversas instituciones nacionales tales como gobiernos, corporaciones, universidades, iglesias, medios de verdadera intercomunicación, focos de cultura, etc. se abran y se reorienten junto con las instancias emergentes con la energía de 120 millones de mexicanos dentro y fuera del país.

4) Tal vez la tarea más significativa será producir una nueva conscientización y educación hacia la economía solidaria, que igual podríamos llamar economía ética, moral, social, cooperativa, equitativa, ecológica, ecosófica, etc. Ello implica seguir estudiando, investigando, experimentando sobre las premisas ya ventiladas aquí, producir conocimiento que sea en verdad un co-nacimiento y diseñar las formas pedagógicas más efectivas. Se trata de superar prácticas meramente informativas o nocionales para recrear un instinto hoy profundamente individualista y competitivo por no decir depredador, hacia una conducta creativa, cooperativa y comunitaria que se encuentra aún en el legado antropológcio de nuestras poblaciones primigenias. En especial habrá que encontrar las maneras testimoniales y persuasivas que permitan a las clases opulentas el darse cuenta que se trata de devolución o revolución, sin simulacros, en términos de dineros pero más aún, de oportunidades. Habilitar al miserable y al más pobre no será fácil, no se hará con paternalismos, ni populismos masivos ni clientelismos políticos. Será de otra manera, la participativa y responsable, y ello requerirá de pedagogos, maestros y liderazgos especiales.

Y apuntamos que si queremos consolidar la democracia y la democracia económica, en el largo plazo, necesitaremos constituir junto con las instancias estatales, esperamos que quien gane las elecciones tenga el coraje de impulsarlo, un Consejo Plural de Estado por la Democracia Socioeconómica, donde la sociedad civil y orgánica tenga voz y voto principal. Esperamos que los laberintos tecnoburocráticos y legaloides propios de una clase política en decadencia, no retrasen esta demanda y se pueda dar paso, a la brevedad, a la política pública de los presupuestos participativos, de la reconsideración de la deuda abusiva, de un sistema bancario y bursátil alineado a nuestros más vitales intereses, de los tratados internacionales injustos, de la defensa de nuestros compatriotas trabajadores en el exterior, de la promoción de la paz y el bienestar para todos dentro y fuera del país. Solo así alcanzaremos la verdadera concordia, si alcanzamos el respeto adentro nos daremos a respetar afuera. Enhorabuena. Redactó: Luis Lopezllera M.

Convocan y participan inicialmente

Equipo Local

Centro de Educación y Comunicación Audiovisual, CECAC

Centro de Educación Ambiental, CEDUAM

Colegio de Tlaxcala, COLTLAX.

Fundación Latino Americana de Sabiduría y Economía Popular, FLASEP

Equipo nacional

Centro de Estudios Ecuménicos, CEE

Centro de Estudios y Promoción Social, CEPS – Cáritas

Coalición Campesina

Comercio Justo

Escuela Nacional de Trabajo Social, UNAM

Fundación Ahora

Promoción del Desarrollo Popular, PDP

Red Vida Digna y Sostenible – Sistema Tláloc

Rostros y Voces

Unión de Sociedades Cooperativas de Actividades Diversas

Universidad Autónoma de la Ciudad de México, UACM

(esta lista es incompleta)

Adherentes

Banco del Tiempo sobre Habilidades y Saberes

Centro Nacional de Apoyo a las Misiones Indígenas, CENAMI

Centro de Desarrollo Agropecuario, CEDESA.

Desarrollo Económico y Social del Mexicano Indígena, DESMI.

Fundación Fundación Kolping

Grupo JADE

Red de Economía Popular y Solidaria.

Red de Salud Natural

Red Mexicana de Conciencia

(esta lista es incompleta)