Fonte: ANRed – FR (redaccion@anred.org)
Após meses sem cobrar os salário, em agosto do ano passado, os trabalhadores ocuparam as instalações do frigorífico para reclamar os pagamentos. Depois de um ano de silêncio, decidiram exigir a expropriação, porém a Justiça sustenta que se deve esperar que a empresa quebre. Praticamente faz um ano que estão sem luz e gás.
Enrique Garagiola es uno de los setenta empleados que tiene el Frigorífico Paloni en Bahía Blanca. Hace un año que vive con 300 pesos. De vez en cuando la municipalidad le entrega una bolsa de comida para sus hijos, como medida excepcional para paliar la trágica situación que viven los obreros tras el cierre de la fábrica. Aunque con sus compañeros presentaron numerosos proyectos para ponerla en marcha bajo su conducción, el trabajo sigue parado mientras la Justicia termina de tramitar la quiebra.
Esta semana, ante la falta de respuestas, organizaciones sociales y sindicales decidieron viajar a dicha localidad para realizar una movilización a la intendencia en reclamo de la expropiación. “La situación es insostenible. Acá hay gente que toda su vida trabajó en el frigorífico. Paloni vació la empresa y encima, estando concursada, generó más deuda. Nosotros lo único que pedimos es que nos dejen trabajar”, explica Garagiola.
En el cruce de Enrique Julio y el camino de Acceso Sur a Puertos, todo sigue igual como hace casi doce meses. El candado del frigorífico permanece abierto pero las máquinas siguen paradas. No hay electricidad ni gas ni agua corriente. Sin embargo, todos los días los trabajadores se rotan en turnos de seis horas para cuidad el lugar de trabajo, como para dejar más claro el mensaje. Lo único que exigen es recuperar su fuente laboral.
El frigorífico fue tomado por sus trabajadores en agosto del año pasado, luego de estar varios meses sin cobrar. Concretamente la deuda alcanzaba los dos años de aportes y seis meses de sueldo. “La situación venía difícil desde hace varios años. Por ejemplo, en 1995 la empresa casi quiebra y nosotros cedimos nuestros salarios y aportes para que se pagara la deuda. Pero el año pasado esto se volvió insostenible”, comenta Garagiola.
Al principio, los trabajadores ocuparon la fábrica con un único reclamo: que se les pagara lo que se les adeudaba. La respuesta que tuvieron de Jorge Paloni, titular de la firma, fue que no se contaba con el capital para afrontar la deuda en el corto plazo y prometió sumas irrisorias, a pagar en un futuro indefinido.
Fue así como pasaron las semanas y continuó el silencio, hasta que los trabajadores comenzaron a evaluar la posibilidad de hacerse cargo de la gestión. La respuesta que recibieron por el momento es que deben aguardar hasta que se declare la quiebra de la empresa y se concrete el desapoderamiento de los bienes.
Sin embargo, los empleados aseguran que la quiebra ya fue decretada, que ellos ya se constituyeron en cooperativa y que contarían con varios subsidios con los que podrían abrir nuevamente la planta. Al respecto, Garagiola recalca: “Hace casi un año que estamos acá, sin luz y sin gas. La gente nos ayuda haciendo rifas para poder comprar una garrafa, porque el frío no se tolera. Mientras tanto, la empresa estando concursada, generó más deuda”.
Efectivamente, el asesor letrado de la municipalidad, Fabián Literas, ratificó que la empresa, con el acuerdo homologado, vino generando más deuda de la que tenía antes. Sin embargo, pidió al mismo tiempo que los obreros aguarden mientras se declara el desapoderamiento. En contrapartida, la intendencia les ofrece regularmente bolsones de comida.
Ahora, los trabajadores apuestan todas sus fichas al proyecto de expropiación que, estiman, será presentado en la Legislatura Provincial en las próximas semanas. Según informaron, la redacción está cargo del senador provincial oficialista, José Manuel Molina, pero aún falta el apoyo de otros bloques.
Frente a ello, esta semana representantes de varias organizaciones- entre ellas el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER), Suteba y el Frente de Trabajadores Combativos (FTC)- viajaron a Bahía Blanca para participar de una marcha con la consigna “Ocupar, resistir, producir”. Para Garagiola se trató de algo casi histórico, ya que, como si fuera poco, a todos los problemas que vienen enfrentando se suma el silencio de un pueblo que no está acostumbrado a este tipo de conflictos: “Por eso decimos que nosotros acá rompimos un corral, terminamos con el silencio y nos van a tener que escuchar”.
Para más información: Enrique Garagiola, vocero de la cooperativa: (0291)155711540