Fonte: PasalaVoz (pasalavoz@movimientos.org)

Nosotras, mujeres procedentes de más de 40 países, de distintos pueblos autóctonos, de África, América, Europa, Asia, Oceanía y de diversos sectores y movimientos sociales, estamos reunidas en Sélingué (Malí), en el marco de Nyéléni 2007, para participar en la construcción de un nuevo derecho: el derecho a la soberanía alimentaria. Reafirmamos nuestra voluntad de actuar para cambiar el mundo capitalista y patriarcal que prioriza los intereses del mercado por encima del derecho de las personas.

Las mujeres, creadoras históricas de conocimientos en agricultura y en alimentación, quienes siguen produciendo hasta el 80% de los alimentos en los países más pobres y que hoy son las principales guardianas de la biodiversidad y las semillas criollas, se encuentran especialmente afectadas por las políticas neoliberales y sexistas.

Nosotras sufrimos las consecuencias dramáticas de estas políticas: pobreza, insuficiente acceso a los recursos, patentes sobre la vida, éxodo rural y migración forzada, guerra y todas las formas de violencias físicas y sexuales. Los monocultivos, incluidos aquellos consagrados a los agrocombustibles, así como la utilización masiva de productos químicos y organismos genéticamente modificados, tienen efectos negativos sobre el medio ambiente y sobre la salud humana, en particular, sobre la salud reproductiva.

El modelo industrial y las transnacionales amenazan la existencia de la agricultura campesina, la pesca artesanal, la vida pastoril, así como la fabricación artesanal y el pequeño comercio de los alimentos en los medios urbanos y rurales, sectores donde las mujeres desempeñan un papel importante.

Queremos que la alimentación y la agricultura salgan de la OMC y de los acuerdos de libre comercio. Más aún, rechazamos las instituciones capitalistas y patriarcales que conciben los alimentos, el agua, la tierra, los conocimientos de los pueblos y el cuerpo de las mujeres como simples mercancías.

Inscribiéndonos en la lucha por la igualdad entre los sexos, no queremos sufrir más ni la opresión de las sociedades tradicionales, ni de las sociedades modernas, ni las del mercado. Queremos aprovechar esta oportunidad para dejar atrás todos los prejuicios sexistas y desarrollar una nueva visión del mundo construida bajo los principios de respeto, igualdad, justicia, solidaridad, paz y libertad.

Estamos movilizadas. Luchamos por el acceso a la tierra, a los territorios, al agua y a las semillas. Luchamos por el acceso a la financiación y a los equipamientos agrícolas. Luchamos por buenas condiciones de trabajo. Luchamos por el acceso a la formación y a la información. Luchamos por nuestra autonomía y por el derecho a decidir para nosotras mismas, así como a participar plenamente en las instancias de toma de decisiones.

En la mirada de Nyéléni, mujer de África que desafió las normas discriminatorias, que brilló por su creatividad y su productividad agrícola, encontraremos la energía para la puesta en ejecución del derecho a la soberanía alimentaria, portador de la esperanza para construir otro mundo. Esta energía, la sacamos de nuestra solidaridad. Llevaremos este mensaje a las mujeres del mundo entero. (Traducción Minga Informativa de Movimientos Sociales)

Nyéléni, 27 de febrero de 2007